En un momento en que la desigualdad crece en el mundo, es bueno recordar que existen soluciones. Las cooperativas son uno de los principales modelos que incluyen los aspectos de desarrollo sostenible en sus fundamentos, además de tener en cuenta valores y principios éticos. La membresía abierta de las cooperativas facilita el acceso a la generación de riqueza y contribuye a erradicar la pobreza, como consecuencia directa del principio de participación económica de los socios, quienes contribuyen de manera equitativa al capital de la cooperativa y la gestionan de manera democrática. Debido a que las cooperativas se centran en las personas, y no en el capital, no perpetuan ni aceleran la acumulación de capital, sino que distribuyen la riqueza de una forma más justa.